viernes, 20 de febrero de 2015

Mi gran noche




Qué pasará, qué misterio habrá,
puede ser mi gran noche…
                 

 Mi gran noche, Raphael


Cuando era niño la canción cuyos versos sirven de epígrafe para estas líneas me daba miedo (hoy me sigue dando pero por motivos muy diferentes). Me preguntaba qué vería aquel hombre al amanecer, qué sería aquello que no conocía y que al parecer lo trastornaba tanto. Tratando de desentrañar el misterio me enfrentaba a góticas escenas de puertas cerradas, oscuridad, violines cantores y luego a la voz, la extraña voz de Raphael siempre a un milímetro de la carcajada histérica:

Será, será, esta noche
ideal que ya nunca se olvida.
Podré reír y soñar y
bailar disfrutando la vida...

Cuando los espléndidos metales de la canción llegaban al clímax veía a un hombre araña de traje negro descendiendo de una iglesia adornada por gárgolas travestis. Todavía, de vez en cuando, sueño con una película de dos horas de total silencio y oscuridad, pero que termina con créditos luminosos y con el insuperable fondo musical de Mi gran noche.
         Ningún espectador podría abandonar el cine bajo mejor augurio.


miércoles, 28 de enero de 2015

Premios de la Fundación Cuatro Gatos



Quedé como finalista de los Premios de la Fundación Cuatro Gatos por mi novela “Oki, tripulante de terremotos”. Cada año la fundación premia a lo mejor de la literatura infantil en Ibero América por lo que para mí es muy emocionante estar incluido en esa lista.
            Las historias son pequeños milagros que a veces se logran y a veces no. Como esas tortuguitas que trastabillando intentan llegar al mar. Ya lo dice un torpe autor: “Invéntate una carta astral, un falso horóscopo y no descanses hasta cumplirlo al pie de la letra”.
            Si Oki pudo convertirse en libro y tiene forma y color y 221 páginas y una hermosa portada con bicicleta roja se debe al trabajo de mi querida editora Hinde Pomerianec.  
            Gracias a todos (en especial a ese loco niño japonés que me obligó a contar su historia).

 http://bit.ly/1Eq8nKR



martes, 27 de enero de 2015

Una respuesta para Galder Reguera



Hola, Galder:

Tu texto sobre Ser escritor lleva dándome vueltas en la cabeza desde hace días. Incluso compartí tu experiencia con los chicos de un taller en el que participé la semana pasada.
            Concluimos, más o menos, que un escritor es quien escribe –con todo lo abierta que puede quedar la definición-.
            En tu caso fue tu hijo quien te nombró escritor, en el mío fue mi madre, hace años, cuando yo no había publicado nada y casi todo eran dudas (aún sigo teniéndolas pero disfrazadas de musas extraviadas).
            Creo que eres escritor porque tus palabras provocaron que te imaginara, precisamente, escribiendo; que pudiera verte robándole horas al sueño y a la familia. Y si pude imaginarlo fue porque, como ya lo dijo Oihan, eres un escritor.
            Junto con un buen amigo –con el que comparto las desventuras que nos provoca semana a semana un Almería que juega a 3000 metros sobre el nivel del mar- hemos acuñado una idea para el concepto de futbolista. No todos los jugadores profesionales son futbolistas y existen futbolistas calvos y gordos y de 45 años. Cristiano Ronaldo, por ejemplo, no es futbolista, como tampoco lo son ni Fábregas ni Carlos Vela. Todos los vascos y los uruguayos son futbolistas y también lo son Puyol y Fernando Soriano.
            El futbolista ama el juego y estaría dispuesto a ir a la guerra por salvar al balompié (sinceramente no veo a Cristiano entre los lodos de una trinchera). Supongo que el escritor es aquel que prende una lamparita a altas horas de la noche y después de arropar a su hijo emprende una segunda novela sin haber publicado la primera.